26 de julio de 2008

Me alimenta

En la noche, los tornados y tsunamis del mundo,
ante los rostros que siguen mostrando al Padre…
los nombres de la humanidad que Jesús, Buen Pastor,
sigue susurrando…
y las canciones que el Espíritu sigue suscitando
en el corazón de la historia.
Me alimenta
el oro del atardecer,
la luz de la alborada,
acogiendo y venciendo la noche.

Agradezco
tu continuo aparecer en lo cotidiano
con múltiples rostros conocidos.

Me alimenta
el silbo del viento entre los pinos
susurrando mi nombre;
la canción de cuna
que dibuja el mar en la playa del mundo;
el ritmo alegre
de la lluvia mansa sobre la tierra seca…
a pesar de los tornados y tsunamis.
Agradezco
las melodías que brotan de mis venas
cantándote, contándote.

Me alimenta
el continuo deshacerse de la ola en el acantilado
deshaciéndolo en arena,
la tozudez de la semilla de enterrarse
hasta alzarse en la copa del árbol.

Agradezco
la terquedad de tu amor
que espera y transforma
TODO
sin pedir
NADA.


León, 2005

No hay comentarios: