te define.
La austeridad y el silencio del ciprés
contrasta con la sombra acogedora
del castaño
y tu humor
es un cactus florecido del desierto.
Tu apariencia de roble
esconde
la ternura de un rojo rosal
en capullos
y la fragilidad del bambú
que moldeado por manos expertas
extrae de su interior melodías desconocidas.
La fidelidad en el amor
y la lealtad a los amigos,
tus raíces
son como las del olmo,
profundas, inmovibles
tanto en tiempos de sol como de tormenta.
En ti encuentro el aroma saludable
del eucalipto
y el rincón familiar del oloroso
pino
el sencillo árbol de nuestro terruño
con sabor a hogar.
Un hermoso bosque
poblado tantas veces con vuelos de pájaros
y trinos y colores de canarios...
Un hermoso bosque
que he recibido como regalo,
que recibo hoy como herencia.
A mi padre. León, 2005
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