el baile el ritmo el movimiento

la quietud
la luz y la tiniebla
presencia paz. Y un mandato:
vivir lo imposible
apostar.
A la vez
río revuelto mar en calma
brisa y huracán
un vértigo que parece no albergarse en el corazón...
que misteriosamente
va amansando mis aguas.
Esta noche fui orante bailarina poeta.
Me encontré contigo en medio de la fiesta
y entre pieza y pieza
simplemente sé que estoy contigo.
Mira mi corazón que no sé leerlo
que se me escapa de mis propias manos
de mi cuerpo
que no lo entiendo.
Pronúnciamelo... o
acógelo arrúllalo compréndelo ámalo
por mí que no sé amarlo.
No quiero insistirte en que me quieras:
quiero quererte y quererme más.
Gracias por tus besos de hoy
gracias por venirme a dar valor
para enfrentar de nuevo esas batallas
perdidas y volverlas a perder
gracias por venir a levantarme
por danzar conmigo.
Gracias por la música el silencio
la palabra la quietud el movimiento
y el valor de apostar
la vida
en esta noche del mundo.
Caracas, 1995
No hay comentarios:
Publicar un comentario